Gran Canaria atropella a un Carplus Fuenlabrada que no da señales de vida
Con un escandaloso 110-65, el Gran Canaria atropella a un Carplus Fuenlabrada que no da señales de vida y que se mantiene colista de la Liga Endesa.

Foto: ACB Media / M. Henríquez
Sinceramente, esta puede ser la crónica más fácil de escribir y a la vez una de las más dificiles, ya que simplemente con ver el marcador final se puede hacer uno a una mínima idea de qué ocurrió en el partido que disputó el Carplus Fuenlabrada en el Gran Canaria Arena ante los locales, el Gran Canaria de Jaka Lakovic, que no se encontrará en toda la temporada un duelo tan fácil como este.
El 110-65 con el que concluyó el partido deja muy poco margen para resumir nada ya que es el fiel reflejo de la situación deportiva de un Fuenla que está en la UVI, en coma, intubado y que tras pasar por Gran Canaria, deja una sensación de equipo roto por los cuatro costados.
Así, lo más inexplicable es que los de José Luis Pichel salieron muy bien al encuentro, con un parcial de 3-11 inicial que daba cierta esperanza a los aficionados azulones, jugando bien, corriendo, compartiendo el balón, realizando buenos balances defensivos y ofensivos y anotando con relativa facilidad. Y aquí llega eso inexplicable, porque tras esto, una vez que el Granca elevó el nivel del juego y pararon a los fuenlabreños en tres posesiones, el partido literalmente se acabó.
El Carplus Fuenlabrada no se volvió a levantar de la lona y en cada jugada que pasaba desde ese instante se veía que ya no había nada que contar. Ni el intento de levantarse de Novak y Marc García, ni la intensidad de los canteranos o los cabreos de impotencia de Viny Okouo sirvieron para que el Fuenla fuera capaz de, al menos, dejar una imagen de que lo intentaron. Esta vez ni eso.
Lo peor, además del -45 con el que se vienen para el Fernando Martín, es la sensación de que cada derrota es más dura que la anterior y que el equipo ha dejado de ser tal. Una muestra es que durante los 40 minutos tan solo se repartieron 8 asistencias, es decir, que cada uno hizo la guerra por su cuenta sin buscar al compañero de al lado. Amén de nombres individuales que se hace muy difícil seguir viendo como visten la azulona del Fuenla, como Hannah y Kromah, que cada jornada que pasa aportan menos al conjunto.
Y así, poco a poco y a pesar de que queda mucha liga por disputarse, la sensación actual es que el Baloncesto Fuenlabrada se desangra jornada tras jornada y que no hay capacidad para revertir la situación, ni en la pista ni en las oficinas. Solo queda esperar a que, por fin, se gane un partido para rompar la mala racha y comiencen a levantar cabeza.
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