En un choque marcado por las 23 pérdidas cometidas, el Montakit Fuenlabrada toca fondo y cae de manera contundente ante Dijon por 59-73.

Foto: encancha.com / Alba Pacheco

«Irreconocible mi equipo por actitud. No usamos nuestro físico, ofensivamente jugamos muy mal el tercer cuarto, ejecutamos muy mal en la ofensiva y cuando lo hicimos bien el balón sentía que les pesaba 30 kilos. Para mí es irreconocible lo que veo». Son las palabras de Néstor García en la rueda de prensa post partido tras perder el séptimo choque consecutivo entre ACB y Champions y también el séptimo en competición europea, esta vez ante el JDA Dijon por 59-73.

Y esas palabras del técnico argentino son el resumen de lo visto en el Fernando Martín en un partido que, en la teoría, debería haber servido como punto de inflexión para que la plantilla cambiase la dinámica negativa en la que se ha metido, como ayer mismo nos contaba el base Tomás Bellas.

Del choque en si, no hay absolutamente nada que contar. Un partido malo desde el salto inicial y en el que se vio a un Fuenla sin hambre, sin actitud y, lo peor, sin capacidad de reacción ante el mal juego que se desplegaba en la pista y que terminó con un tercer cuarto que, si no es histórico está cerca de serlo, en el que tan solo se anotaron 3 puntos. Solo 3. Y se acabó lo que se daba.

A nivel individual tampoco se puede descatar prácticamente nada, a excepción de Maurice Kemp, ya con el partido resuelto a favor de los franceses, y Alex Llorca que fueron los más destacados en cuanto a números. El resto, todos, pasaron completamente desapercibidos tanto en ataque como, sobre todo, en defensa.

No hay nada más que resumir. El Montakit Fuenlabrada tocó fondo con uno de los peores partidos de la temporada, tras encadenar seis derrotas consecutivas y sumando la séptima, lo que hace que el duelo del sábado ante el MonBus Obradoiro, como el mismo Néstor García indicó también en la rueda de prensa, sea la primera gran final de la temporada, a pesar de estar aún en la primera vuelta de la Liga Endesa.