Con una nueva horrible salida en el primer cuarto ante Amics Castelló, el Baloncesto Fuenlabrada comete los mismos errores y sigue sin ganar en casa (85-98).

Foto: Baloncesto Fuenlabrada / Alba Pacheco

Dos victorias en un año natural. Ese es el balance de triunfos que ha acumulado el Baloncesto Fuenlabrada en el Pabellón Fernando Martín entre la calamitosa temporada pasada y el inicio de este curso 23-24. El 5 de noviembre de 2022 se venció a Baxi Manresa (101-97 y el comienzo del fin del Fuenla en ACB) y el 15 de abril de este 2023 frente al Surne Bilbao Basket (77-71), fueron las dos únicas victorias como local en todo un año. Solo dos.

Con estos números, las gradas del pabellón de la calle Grecia, cada partido que pasa, están menos pobladas. Normal. Y más si cabe tras ver encuentros como el que se disputó el pasado martes entre los chicos de Toni Ten y el Amics Castelló, que aunque con los mismas victorias y derrotas que el Fuenla, llegaban como colistas de la LEB Oro por el basketaverage… pero dio igual.

Por tercer encuentro consecutivo en casa, los fuenlabreños salieron horrorosamente mal a la pista, sin anotar ni un solo punto en los primeros 4 minutos y, además, con una inexistente defensa que facilitó que los castellonenses llegaran a superar los 15 puntos de diferencia y que, en algunas fases llegara hasta los +21. En líneas generales, los de Juan Antonio Orenga pasaron por encima de un Fuenla, incomprensiblemente, fuera del partido.

Y ya con esa horrible salida, de la cual no se recuperaron en los primeros 20 minutos, y con 59 puntos al descanso para Castelló, lo único que se esperaba es que el equipo tirara de orgullo para, al menos, intentarlo en la segunda mitad. ¡Y lo hizo!

El Baloncesto Fuenlabrada volvió a ser el Baloncesto Fuenlabrada que, sin realizar una «barbaridad de juego», al menos tenía el carácter suficiente como para ir poco a poco recortando diferencias. Con un Van Zegeren que por fin demostró lo que puede dar y un Aranitovic que se sumó a él para acercarse en el marcador, mediado el último periodo los locales llegaron a recortar tanto que se pusieron a 5 puntos y con posesión para acercarse más aún…… pero ahí llegó el apagón final.

Toni Ten dijo en la rueda de prensa posterior a la derrota que «el problema es que cuando tenemos que jugar y apretar porque perdemos de 15, ahí estamos sueltos y no tenemos miedo a tirar, a defender, a correr… pero cuando nos ponemos a 5 puntos, ahí ya empezamos a no tirar, a perder balones, etc». Y ese es el resumen final de esta cuarta derrota, que el Baloncesto Fuenlabrada, cuando está en los minutos importantes y «calientes» del partido, no es capaz de seguir siendo consistente para rematar la remontada o, si está por encima, cerrar el triunfo.

Y con todo esto, la realidad es que el Balonecsto Fuenlabrada está, a día de hoy, muy lejos de donde tiene que estar. Y no nos referimos a nivel de clasificación, que obviamente también, sino a nivel de competitividad. Y casi sin tiempo, nuevo viaje fuera de casa, esta vez al Pazo dos Deportes Paco Paz para enfrentarse al Ourense Baloncesto, equipo que hasta esta jornada era líder invicto junto a Leyma Coruña con cuatro victorias y cuatro derrotas. Y una semana más tarde, derbi contra el favorito Movistar Estudiantes. En definitiva, el Fuenla debe reaccionar ya si no se quiere todo el año peleando por un objetivo muy distinto al que se le supone a este equipo.