Después del partidazo ante Las Palmas se ha dado un duro paso atrás del Fuenla en Cartagonova al perder 3-0 ante el Cartagena.

Foto: La Liga Smartbank

El CF. Fuenlabrada se ha vuelto a meter en un importante lio tras caer derrotado en la tarde de ayer, de manera contundente, ante el FC. Cartagena en Cartagonova, en un choque sin ninguna historia y con un contundente 3.0.

Tras el partidazo de la semana anterior ante la UD. Las Palmas, a la que derrotaron por un divertido 3-2 en el Estadio Fernando Torres y, sobre todo, con una actitud espectacular para recuperar las buenas sensaciones, el partido ante los cartageneros del Fuenla dejó un poso de decepción muy claro ya que en ningún momento del choque se vio a ese equipo de la jornada anterior.

Los fuenlabreños no entraron bien al duelo y rápidamente se vio que se les iba a hacer muy largo ante un Cartagena que si bien no llegaba con demasiada claridad a la meta Morro, solo con disparos desde fuera del áera, si daba la impresión de tener el control del ritmo, del juego y de todo lo que sucedía en el césped de Cartagonova.

El Fuenla intentó revolverse en un par de ocasiones pero simplemente con jugadas a balón parado, algo que apenas inquietó a Marc Martínez, viejo conocido por parte del Fuenla ya que era el portero del Recreativo de Huelva en la eliminatoria de ascenso a Segunda División.

Tras el descanso y con un gol de ventaja para los locales, Pellicer realizó un cambio y el equipo parecía entrar en otra dinámica. La entrada de Abou Kanté por el recién llegado Adrián González le dio otro mordiente a un Fuenla que tan solo duró 15 minutos de la segunda mitad. A partir de ahí, de nuevo fue el Cartagena el que se hizo dueño y señor del partido y lo terminó de matar con el doblete de un descomunal Rubén Castro, autor de los dos primeros tantos y la asistencia del tercero.

Al final el marcador, esta vez si, refleja lo que fue el choque en Murcia. Un Cartagena en estado de gracia y metido en la lucha por el play off de ascenso a Primera División y un CF. Fuenlabrada que decepciona dando un grave paso atrás después de hacer lo más difícil: romper la mala racha y retornar a las buenas sensaciones.